Feliz Día del Madre
He estado todo el finde dándole vueltas a ver qué post podía escribir para el Día del Padre. "Venga, piensa en un texto bonito sobre la importancia de los padres en la vida. ¡No! Mejor uno así más divertido que refleje situaciones cotidianas con nuestros padres o algo más informativo, explicando cómo surgió este día, en qué fecha, etc, etc".
Incapaz de decidirme lo consulté con Chabela, y ella me dijo: "Es normal que no se te ocurra nada, porque tú apenas has tenido a tu padre presente en la vida".
Y he pensado: "Anda, pues es verdad. Es cierto que a mi padre le debo la vida tanto como a mi madre, y que durante los primeros años de esta aventura él estuvo ahí, pero, a la hora de la verdad, quien nos ha criado a mis hermanos y a mí ha sido mi madre. Yo no tengo recuerdos de celebrar ningún Día del Padre".
Es por eso que, finalmente, este post va dirigido a todas esas personas que hoy, por la razón que sea (buena o mala) no podrán o no querrán felicitar a sus padres. A esas personas (que somos muchas) cuyos padres han tenido un a presencia mínima o nula en su vida, haciendo que sus madres se conviertan en madres-padres.
Mi madre ha sido la que me ha curado las heridas, la que ha ido a todas las charlas en el instituto y la que se ha enfrentado conmigo a las mayores dificultades de mi vida. Ella me ha dado una hostia cuando me la merecía y se ha puesto firme cuando lo he necesitado. Mi madre me sentó un día y me habló del sexo, de las mujeres y de las relaciones, y luego me dio un preservativo. Mi madre ha sido la primera en darme alcohol y verme "gustosillo". La primera en asistir a mis partidos de fútbol y, más tarde, a mis actuaciones y presentaciones de libros.
Ella por sí sola se ha encargado de todas esas cosas que "corresponden a un padre" o que, al menos, deberían turnarse entre los dos.
Ese es el motivo por el que hoy os deseo un feliz Día del Madre.
Dicho esto me gustaría aclarar que este post no busca desprestigiar la figura del padre (yo mismo quiero ser uno). De hecho, hoy se nos brinda la excusa perfecta para obrar magia. Una magia simple y poderosa que surge solo con enviar un mensajito y proponer la idea de tomar un café después de meses o años de silencio.
Y sino, bastará con que le demos un fuerte abrazo y un beso a nuestra Madre-Padre. O si, como yo, la tenéis lejos, pues una llamadita larga, que nos lo agradecerán :)
Si conoces a alguien que tenga una Madre-Padre, o a alguien que lo sea, no dudes en enviarle este post, que puedes compartir desde instagram o facebook.
Y si te has quedado con ganas de más, aquí te dejo otros posts:
-Montando Ahoras en Quartdenou.
-Una aventura volcánica. Lanzarote
-Mándalo todo a tomar por C***
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